lunes, 23 de marzo de 2009

Capricho de verano

Hace poco confesaba mi "frustración" al no poder comprar, libre de culpa, unos zapatos firmados por Juan Antonio López. Sin embargo, se ve que ha cambiado mi suerte -momentáneamente, pues aún no he encontrado trabajo- y ahora dispongo de un dinero extra para poder gastar precisamente en eso, unos zapatos de gama alta. Un regalo caído del cielo que no me esperaba en absoluto y que me deja con la obligación de saber elegir bien, pues no es algo que desperdiciar en un capricho pasajero. Así, mi objeto de deseo originario son estas sandalias de Stuart Weitzman que vi en el escaparate de Paseo de Gracia y rápidamente me hicieron tilín, aunque la suela de madera no es de mis favoritas. Me gustan por el dibujo que forman las tiras y porque, además, sé de buena tinta que Weitzman se caracteriza por una ergonomía sorprendente, por lo que estos zapatos, a parte de sexys y altísimos, creo que también resultarán cómodos. Pero antes de decidirme, creo que voy a hacer una vuelta por otras zapaterías de nivel. Lo único que tengo claro es que los quiero bien altos -demasiados años con bailarinas planas cansan a cualquiera...-

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